Se fueron mis musas
Se fueron mis musas
con este calor sofocante
en busca de una playa famosa
de acceso “suicidante”.
Tras una larga caminata
entre pinos y asfalto
una pequeña barrera
de cierre automático.
Más allá, un camino de cabras
ni ellas se sienten seguras
tras bajarlo una gran cola
esperando turno de bajada.
Cuatro horas bajo el sol
esperando poder bajar la última etapa
sí, muy guapa la cala
a costo de locura.
Aún faltaba otro reto
el final de la bajada
con vértigo incluido
abajo,la calma.
Tras unos baños en el agua cristalina
salada y en el paraíso
de retorno la subida
la sudorrea por todos lados baja.
Tanto sudor parece una cascada
desde la frente hacia la tierra
al juntarse las gotas parecen chorros
si los saboreas, agua salada.
A la vuelta, ya con aire fresco
en un coche recalentado
se renueva el aliento
pensando en la vivida locura.
Bajar a esa famosa cala
porque salió en las noticias
aventura o gilipollez
tu mente que responda a la pregunta.
Tono el mundo es diferente.
Toni Oliver
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