Ahí estaba el león
Ahí estaba el león enfurecido
como las olas del mar en plena tormenta
atado con las cadenas del mejor acero
sacando de sus entrañas su maleza.
Con la mirada intenté calmarlo
ni un ápice de paz en la suya
ese león es mi cabeza, soy yo
probaré con la música.
Las notas del violín sonaron
las cuerdas, incesantes, vibraban
al igual que las del invisible piano
que los inexistentes dedos aporreaban.
La tormenta en mar en calma, sol
el fuerte viento se convirtió en brisa
el león silenció su rugido
el acero de las cadenas se desvanecía.
La fiera ya no estaba en mi cerebro
se convirtió en un niño o niña
que importa el sexo
volver a ser niño es lo que importa.
Ese niño que juega con las olas con descaro
no le importa su grandeza
es un simple juego de desafío sin desafío
la diversión es lo que interesa.
Soñar que estás en un gran navío
atravesando los mares en calma o tormenta
la aventura de conocer algo nuevo
con más ilusión cada día.
O cabalgar entre los prados
revolcarse sobre la hierba
no importa su te has manchado al hacerlo
lo que vale la pena es el disfrute de la vida.
Toni Oliver.
Imagen de la red. Mi agradecimiento al autor.
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