miércoles, 12 de abril de 2023

¿Dónde están mis demonios?

¿Dónde están mis demonios?

Los tenía escondidos, de vez en cuando alborotaban como lo que son, diablos, irrumpiendo en mis sueños hasta desvelarme del todo con tanta algarabía, cada vez más fuerte y constante. 

Pero desde hace un tiempo me tienen abandonado, desaparecieron dela faz de mi cerebro, hasta me dejan reconciliar el sueño, aunque alborote los vecinos dando golpes con la cama y chillidos que dice que no hacen. Ni eso ya me rompe el sueño, más parece que me balanceo con el sonar de esos hierros contra la pared de mi habitación, los chillidos, que no se entienden, pero se imaginan, acompañan el concierto. 

Otros vecinos me dicen que no les dejan dormir, es como si hubiera gatos maullando o perros anhelando la llegada de sus dueños, que están de juerga o trabajando.

Ni eso me rompe este sueño que ahora es profundo, hasta que otro que no se llama diablo, pero si cosas de la vejez, que si me despiertan para decirme que es hora de ir al baño, a veces más efectivo que el despertador que ponía para ir a trabajar aquellos tiempos que hacía esas cosas. Vuelvo a la cama y sigo como un tronco, con la aserradora en marcha... De eso no se me han quejado los vecinos, todavía, no se lo digáis, que con las ganas de chafardeo que tiene el mundo, lo mismo lo sacan en la tele y entonces va a ser el teléfono el que no me deje dormir, para preguntarme si ronco cuando duermo. La verdad es que hace años si me despertaba con mis propios ronquidos, hace tiempo que no me escucho. Son como esos diablos que me han abandonado, eso sí, a veces los llamo para entretenerme en las noches de desvelo por tonterías imaginarias que les ganan al sueño.

Si alguien los encuentra, se los puede quedar, aunque los echaré de menos de vez en cuando. Eso sí, no vale devolución.

Toni Oliver

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