¿Cómo medir la hermosura?
¿Cómo medir esa hermosura?
Si todo va con el genio y figura
de los ojos que miran,
los dedos que palpan,
quizás también la lengua
o esa imaginación vana,
también muy vaga
que por no discernir
divaga entre juegos malabares de las palabras,
entre las rimas o el rímel que no llevan,
o los parpadeos que bailan al son de las doctrinas,
a veces más letrinas que lo primero...
¿Cómo medir algo tan etéreo?
Que se volatizan al pronunciarlas
tantas variantes variadas
mal sonantes, bien sonadas
hasta las más “bellas” como armas
como halago las más feas
según de quien procedan
o a quién vayan destinadas
en esos momentos en que se respira
a veces con la respiración acelerada
otras entrecortada...
Toni Oliver
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