Ese es mi corazón, juego con las palabras
Efímero, se rompió con tu olvido, ahora lo veo superfluo, no se que hacer con él, es inefable, no puedo expresarlo con palabras, aunque a veces pienso que con tanto cacho se ha vuelto inconmensurable, tan inmenso que no lo abarcan los sistemas de medida y otras como si fuera etéreo, siento su presencia, pero no puedo verlo ni tocarlo, es como las estrellas sin cuerpo, lejos, muy lejos...
En mis noches de locura lo siento sempiterno, no recuerdo si nacimiento ni veo su fin. Al mirar por la ventana, al alba siento el preticor tras el rocío de la noche, luego me acuerdo de su perenne palpitar. ¡Ojalá! Lo sienta cada mañana sin tener que sentir compasión por nadie al que dar el mundo mondo de males disfrutando de la luminiscencia de las luciérnagas en sus paseos anti mi ventana. Pueda sentir ese palpitar con un ademán de satisfacción al ver la bonhomía de las gentes del universo mientras suena un sonido melifluo en mis delicados oídos.
Lo sé, me trataréis de persona nefelibata porque sueño despierto sin ver la realidad aparente, pero no me convence, aunque intentaré con mi elocuencia convenceros, desde la conmoción de la ataraxia de esa vida.
En el fondo es como la efervescencia de la sangre con sus burbujas como mariposas en estado de limerencia, al ver esa sonrisa en tu rostro creando iridiscencia en mis ojos que me enloquecen dejándome atónito. Tanto que veo ese amor que de mi hacia ti sale muy acendrado viendo el arrebol en el horizonte, nuestro amor inmarcesible lleno de epifanías interminables, resiliente este corazón a los mil tratos que le voy dando a diario.
Ese es mi corazón.
Toni Oliver
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