Subió la oveja negra

Subió la oveja negra

Subió la oveja negra

a la cima de la montaña

se juntó con las cabras

esas impertinentes locas.

Allá en lo alto, en la cima

vio allá en el llano las ovejas

balando y comiendo hierba

mientras los perros aún la perseguían.

Los caninos ya no hacían falta

las ovejas solas se guardaban

criticaban a las que se apartaban

hasta que al rebaño ellas solas tornaban.

Los chuchos, lejos ya de su faena

decidieron volver ante la pérdida

contentos de ver las ovejas

que ellas solitas pastaban.

El pastor, triste por la pérdida

aquella loca oveja negra

poco a poco se alegraba

al rebaño ya no alteraba.

Como siempre seguía la vida

ninguna de ellas pensaba

simplemente comía y comía

hasta el que cuchillo el gaznate les cortaba.

A lo lejos, la oveja negra

viendo los perros en la lejanía

que su búsqueda abandonaban

feliz vivía con las locas cabras.

Ya nadie le mandaba

nadie a nada le obligaba

se buscaba la vida como bien podía

feliz ella se encontraba.

Toni Oliver