Se cerró la mente

Se cerro la mente

Se cerró la mente

ese cuarto oscuro

donde habitan los bosques de bambú

mezclados con las lianas

lo mismo vuelas que en otras cosas piensas

en ese cuarto, lo bueno y lo malo 

sucede a su antojo

al mismo tiempo estás volando

que te hundes en lo más profundo del pozo

nada es imposible, pero siempre real

incomprensible para algún universo

comprensible para los que viajan al infierno

tan pequeño, tan grande

lo mismo abruman las cercanas paredes

que se alejan al infinito

entre jardines de rosas y claveles

te pinchas. ¡Qué horror!

Cae la gota de sangre pareciendo un río

rojo, revuelto, turbio

hasta que el perfume de la rosa y el clavel

son aspirados por tus pulmones

creando otra realidad de placer

que curan las heridas, a veces divinas

para disfrutar de esas pequeñas cosas

si no las distingues las pisoteas y destrozas.

Ese cuarto oscuro... ¿Quién dijo miedo?

Más bien regocijo y cobijo

donde te desconectas del mundo entero

ahí, en ese tu mundo

creado a tu  gusto y placer

mil dragones echando fuego

mil diablos tentando la pasión

mundo de sensaciones, sentimientos

incomprendidos, prefiero llamarlos “incompresos”.

Toni Oliver