Me vi ante un lienzo bordado
Me vi ante un lienzo bordado
mil hilos tirados por la mejor mano
enfrente, un hermoso caballo
vivo, crin alzado, galopando
cómplice mirada en los ojos
su pelo brillando...
Sobre el pasé la mano
no era hilo, no, estaba pintado
su tacto cálido, su corazón palpitando
se notaba al pasar de los dedos
sobre esos finos trazos
imposibles para cualquier mano.
Me miró el pintor
con cara de enfadado
el lienzo con su caballo había tocado...
¡Cómo has osado!
Sin respuesta la pregunta exclamación
me quedé anonadado.
Me contó, ante mi anonadamiento
que a mano alzada lo pinto
su fino pincel a cada trazo
trazando los finos hilos
imposibles de realizarlos...
¡Los artistas están para ese algo!
Toni Oliver
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