martes, 16 de noviembre de 2021

Se dispuso la pintora

Se dispuso la pintora

Se dispuso la pintora
a darle al lienzo darle vida
cerró los ojos, buscando en la oscuridad
manos, pinceles, pintura
bellos caballos sobre la tela
libres entre la verde hierba.

Se quedó dormida
pinceles en la mano, agotada
en el suelo tumbada
frío, su piel tiembla.

Los caballos del lienzo saltan
con su aliento y cuerpo calentándola
inconsciente, a ellos se abraza
se le ve su carita, tierna
llena de inocencia
sus labios sonríen entre la nada.

Como en un sueño, se despierta
en el lienzo sólo la hierba
los caballos, en el suelo, a su vera
todos la miraban
como si su madre fuera
paradójicamente, como una hija
la cuidaban para que frío no tuviera.

Ella, calmada soñolienta
en sus labios una enorme sonrisa
con sus manos los acariciaba
su pelo, como la seda
sus dedos lo peinaban.

Abrió los ojos, el sueño no era
se escuchaba su respirar
sus corazones palpitaban
sonreían, sonreían
con la cabeza, con ella jugaban...

Toni Oliver

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