sábado, 30 de marzo de 2019

Caprichosos los duendes

Caprichosos los duendes

Desvarían sus maquiabélicas cabezas
entre tiempo y tiempo de descanso
casa de madera, como las de antaño
pasillos interminables, todo comunicado.

Duerme la niña agotada
todo el día ajetreada
cuerpo agotado, queda nada
en su cabeza sueños, duendes y hadas.

Interrumpen los duendes
danzando alrededor de la cama
sus danzas endiabladas
se levanta la niña, pestañas cerradas.

Sigue la danza, ella les acompaña
vuela por la alcoba al son de la guitarra
incesante la música, continúa la danza
cada vez más alocada.

Para la música, cae en la cama
se acurruca bajo las sábanas
un columpio es la cama
se balancea en la alcoba.

Sale por la ventana
bajando precipitada
hacia el lago por la ladera
se convierte en lancha.

Surca las aguas
atravesando la espesa niebla
a lo lejos la tenue luz de la luna
fundiéndose en la nada.

Abre los ojos
le molesta la luz de la ventana
la habitación toda alborotada
los duendes no han colocado nada.

Toni Oliver

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