martes, 30 de enero de 2018

Y de repente

Y de repente

Y de repente
me encontré en la calle
con una maleta vacía de enseres
pero llena de sueños.

Por tener propio
no tenía ni lo puesto
sin rumbo ni destino
sin nada cierto.

Andé por los caminos de los sueños
apreciando hasta lo más pequeño
de un grano de arena una montaña
hasta un castillo del Medievo.

De las olas su música
también su vaivén
su olor su perfume
su sabor en mi piel.

Y de repente aprendí
que tanto luchar por tener
de nada me sirvió
sólo para destrozar mi ser.

La felicidad buscaba
vendía mi tiempo para comprarla
de ilusión me llenaba
hasta que en mis manos llegaba.

Todo era una farsa
mi tiempo había vendido
para comprar un bulo extendido
que no me sirvió de nada.

Ahora con todo mi tiempo
el que ahora ya no vendo
la felicidad encuentro
en las cosas que no tienen precio.

Esas pequeñas cosas
que si vendemos nuestro tiempo
no somos capaces de verlas
nos las estamos perdiendo.

Todo lo perdí
la felicidad encontré
tanto tiempo buscándola
en mi la llevaba...

Cuanto tiempo desprecié
vendiéndolo cuando lo necesitaba
todo por el ansia de tener
aquello que no me faltaba.

Toni Oliver

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