martes, 26 de noviembre de 2013

La elección de nuestros gobernantes



En este país llevamos unas cuantas legislaturas en que los presidentes no se eligen por méritos propios, sino por deméritos del que estaba en el poder al que sustituyen.

Es decir, no es elegido por convicción del pueblo, sino por la desilusión creada por el gobernante que se va.

También hay que reconocer que en cada uno de esos gobernantes vamos diciendo que el que venga peor no puede ser, pero erramos cada vez, el que entra lo deja como un santo aficionado en sus malos quehaceres.


Toni Oliver

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