Utopia

Utopía

Caen las bombas a mansalva
se estremece la piel, el cuerpo
con las explosiones incontroladas.

Buscando ponerse a salvo
algún lugar donde no entre la metralla
ni los cascotes sobre la cabeza caigan.

Un agujero en el suelo
abierto por el bombardero
otro más pequeño que se mete más adentro.

El el me adentro, todo oscuro
huele a pólvora quemada
polvo en doquier, con una piedra tropiezo.

Nada veo, solo un golpe siento
ligero dolor, cálido líquido por la pierna va bajando
huele a sangre, inconfundible, somo su color.

Despierto, nada recuerdo, sólo el golpe
el olor a sangre... Sueño.
Un rayo de sol por el techo.

Una gran mesa en el centro
sin paredes, sólo libros polvorientos
todo un suelo para un lector de lectura hambriento.

Libros y más libros,
interminables muros de libros
vivos todos ellos, sólo polvorientos.

El ruido d ellas bombas
lejano, allá a lo lejos
estoy en el cielo, afuera el infierno.

Cae uno en mis manos
cuyo título no entiendo
con pasión lo abro, desaparezco.

Otra vida estoy viviendo
aventuras sin límite en el tiempo
por mar, tierra, aire.

Soy joven, apuesto
en un mundo desconocido
todo emoción, piel erizada.

Todos los sentidos en alerta
esto es tierra extraña
gente salvaje, quizás amable.

Paraíso sin guerras
la gente parece buena
sonríen, nada esperan.

Me enseñan sus tierras
sus frutos, sus bellezas
quiero quedarme,más no me dejan.

Fuerte temporal, se tambalea la nave
relámpagos, truenos, olas salvajes
abaten la nave como una coctelera descontrolada .

Desde los fondos marinos
Neptuno saluda enfadado
no le gustan los extraños.

Tiburones nos escoltan
no quieren que nos vayamos
prisioneros de nuestro pasado.

Erupciona el náutico volcán
con gran fuerza y pasión
nos devuelve sobre el mar.

Tirados sobre la gran playa
cocoteros adornándola
ni comida ni agua...

Sin barco, en tierra extraña
aventuras salvajes
juventud siempre con ganas.

Luce el sol
broncea la piel
estamos sin nada.

Ni ropa, ni agua
ni para comer
los cocoteros no tienen nada...

Mente joven
nunca abandona la esperanza...

Toni Oliver