martes, 3 de noviembre de 2020

El burdel de los sentires

El burdel de lo sentires

El burdel de los sentires
confesionario de penas
desahogo de libidos
fábrica de sueños
de vivires imposibles
donde eres bello
por un tiempo límite.

Manda el zurrón
su contenido color oro
no importa tu vida ni condición
ni tan siquiera las ropas de tu decoración
sino tu mandato, tu sueño
que dejes el contenido del zurrón
que salgas liviano
del valor mundano que ahí te ha llevado.

Abandonas la puerta
alegre y melancólico 
al poco rato la morriña
camino al bar cercano
unas copas, una charla
o quizás mudo, 
mirando las musarañas
en el techo
las telarañas del antro.

Afuera la luna
la calle iluminando
perfumes de desechos humanos
en cada portal, cada esquina
entre paso y paso el silencio 
sólo roto por los de otro borracho
en la pared apoyado
a falta de una farola para estar abrazado
otra vez el silencio
el sueño va avanzando...

Toni Oliver

¿Bailamos?

¿Bailamos?

¿Bailamos?
Pero no marquemos nuestros pasos
dejemos que fluyan por si solos
al son de la música que va sonando
mientras cogiditos de las manos
nos echamos un vuelo en el “tablao”.

Como dos mariposas seamos
sobre las flores revoloteando
de flor en flor 
nuestras miradas, nuestros ojos
cruzados con un brillo exaltado
cuatro enormes focos.

Mira los colibrís. ¿Cambiamos?
Nuestras alas agitemos
danzando ingrávidos
bebiendo en el mismo vaso
dos almas errantes volando
danzando el vals improvisado.

Toni Oliver