martes, 18 de septiembre de 2018

La cabaña del bosque

La cabaña del bosque

Perdido por entre los árboles andaba
huyendo de los negros humos
del ruido de tantos y tantos carruajes de hierro
mis pulmones y mis tímpanos saturados
mi vista enturbiada por el hollín acumulado.

Acechaba la lluvia, nubes negras en el cielo
poco a poco, al tiempo relámpagos y truenos
gotas de lluvia como chorros
mi equipaje van empapando
todo chorreando sigo caminando.

Empieza a perfumarse el bosque
a eso olvidado olor a tierra mojada
mis pies hundidos en el barro a cada paso
sintiendo esa sensación ya olvidada
de como cae la lluvia sobre la cara.

Caminando sin rumbo ni destino
en el claro del bosque algo divino
pequeño, pero nada despreciable
una cabaña de madera,
camuflada entre el follaje.

El sueño de todo cavernícola salvaje
secuestrado en las colmenas de hormigón
de ciudades inhabitables, intransitables
llenas de hormigas humanas camino a ninguna parte
de la colmena de hormigón al trabajo
y viceversa como gran condena de por vida
lleno de órdenes, leyes y señales
maraña de mentiras para domesticarte.

Ante mis ojos esa cabaña
como de cuento de duendes sacada
llamo a la puerta, no está cerrada
nadie contesta, me adentro en la casa
algo de barro por los suelos
polvo en los estantes
en la mesa,en los muebles
el viejo reloj en la pared sin cuerda
parado el péndulo, el tiempo hace mella.

Luciérnagas revoloteando en la chimenea
de repente arde la leña, me acerco a ella
quítome la ropa mojada
desnudo ante la hoguera
el hipnótico fuego mis ojos ciega
mi mente sueña y sueña...

El olor a comida me despierta
sobre los leños el puchero
la mesa limpia y puesta
jarra de agua y vino
pan de pueblo del horno recién salido
pensaba que estaba despierto
pero esto es un sueño
del que despertarme no quiero
toda mi vida eso deseando
por error con ello tropiezo
ya todo está seco
sigue oliendo a tierra mojada
las hojas del otoño
por las ventanas se ven cayendo
planeando sin destino ni rumbo
como la misma vida al incierto
enseñando que se vive hasta el esplendor
cayendo poco a poco sobre la tierra
sin prisas, con el tiempo
para renacer en la primavera
la de la vida, la de los tiempos...

Toni Oliver