Atardecer
Atardecer
el sol buscando su guarida
más allá de las montañas
abajo, el mar que le espera
con sus sábanas colorada
el cielo con la neblina encarnada
los ojos, los míos, viendo cosas extrañas.
El mar en calma
a lo lejos un barco que navega
sobre las nubes bajas
los de más cerca buscando la pesca
aunque no parezca que haya.
Desde mi atalaya
al borde del precipicio, mi mirada
respirando calma
escuchando mi aliento, sale, entra
todo en los pulmones resuena.
El frescor de la brisa
sopla con frescura
a esa calor que achicharra
cae la tarde en mis entrañas
el latir del corazón se escucha.
A mi vera, ella
iluminada por esa gran esfera
la que sale todos los días
quiera o no quiera, a veces, las nubes, la tapan
todo hace falta.
Sí, ella, meditativa
acariciada por la brisa muda
la misma que a mi el vello me eriza
traspasándome la energía
que de ella a su paso le daba.
El sol, ya se acuesta en su cama
de sábanas anaranjadas
los delfines y las hadas le tapan
las sirenas le cantan una nana.
Toni Oliver
