miércoles, 29 de octubre de 2025

Sonó el reloj de la torre

Sonó el reloj de la torre

Sonó el reloj de la torre, el campanario de la iglesia, acababa de marcas las doce de la noche, las calles, silentes, oscuras, un apagón inexplicable justo antes de tocar la hora, al finalizar las campanadas, justo después de la última tembló la tierra, una vez, otra y otra más, se escuchaba como los cascotes caían sobre el suelo, también, como se derrumbaban los edificios, ese sonido grave, fuerte, al tiempo que se ahogaban entre el resto de los escombros. Se escuchaban gritos de dolor, miedo, algunas velas aparecían moviéndose como fantasmas a la luz de estas, cuerpos blanquecinos, cubiertos de polvo, otras personas estaban intentando abrir las puertas bloqueadas de sus casas, se intuía el desespero, unas lograban salir, aunque fuera por las ventanas, otras ni por estas lo lograron, pues estaban enrejadas por el miedo a los atracos, que de un tiempo a esta parte estaban en aumento. En la calle, silencio, toda la gente sin palabras, mirando con impotencia el desastre ocurrido. El frío empezaba a hacer mella en los cuerpos, sin abrigo, el viento estaba aumentando, por ende, la sensación de frío... No se escucharon sirenas ni de policía, de los bomberos, ni de ambulancias. Simplemente, nada de eso había en esa pequeña aldea, lo habían quitado por falta de presupuesto, corrupción u otros menesteres que no es hora de nombrarlos, ahora lo importante es reconstruir este desaguisado, sin ayuda, con las propias manos. No, no apareció ningún político, les importaba un carajo.

Toni Oliver



Tu sombra

Tu sombra

Tu sombra
moviéndose al ritmo de la parpadeante vela
en la pared tu silueta
acariciada por mis manos
que su sombra también reflejan
la vela se acaba
empiezo de tu cuerpo la búsqueda
tu calor las encuentra
empezando de nuevo la aventura
para descifrar tu belleza.

Toni Oliver