miércoles, 23 de abril de 2025

¿Qué sería...?

¿Qué sería...?

Si la sangre roja se convirtiera en oro
en lugar de tener su color rojo
ese rojo que no aprecian
que odian, se desmayan
los que la ven se desesperan
sin pensar en que es simplemente vida
la censuran, como con la vida misma 
que también lo hacen.

Si fuera de oro
activaría la avaricia
haciendo lo mismo que ahora hacen
sí, esa roja que con el corazón palpita
nos la arrancarían al igual que hacen con la vida
como los vampiros en esa era de sangre sedienta
no les importa la vida
sino una vida llena de miedo y muchas penas.

Miedo y penas para controlar nuestra vida
meros esclavos a la espera
la del látigo o la espada que el cuello cercena
sin más miramientos que una leve sonrisa
al ver el sufrimiento y las penas ajenas
tras esos barrotes de acero imaginario 
inculcados en los mismos espermatozoides
que desde los inicios con las prisas llegan.

Ya no nos ponen las cadenas
nos las graban a sangre y fuego
en un inútil cerebro
diciéndonos las verdades que son mentira
y las mentiras que ocultan las verdades
al punto que ya se duda
si existe verdad alguna
en esa algarabía cotidiana.

Hasta la historia
falsa desde sus cimientos
un teatro, un circo
donde lo que se cuenta nada es cierto
sangre roja, sangre de oro
en nada se diferencia si le quitamos el color
de unos pocos la ambición
de los otros, los más, el dolor y el sudor.

Toni Oliver





Me acerqué al rosal

Me acerqué al rosal

Me acerqué al rosal, cargado de rosas, cuyas hojas estaban llenas del rocío nocturno, tomando el color de la niebla que todavía acechaba por el jardín. Esas gotas, un tanto grises, misteriosas, como si en su interior se hubieran llenado de humo perfumado por la misma rosa se tornaban muy misteriosas. Se me ocurrió saborear algunas de ellas, mis párpados se volvieron pesados, muy pesados...

Mi cuerpo se  volvió tan liviano que flotaba en el aire, como si de un globo se tratara, el jardín tomo tales dimensiones, que por mucho que en él anduviera, no encontraba su fin, era infinito, cada vez flores más bellas, desconocidas para mí. Seguía flotando en el aire, embriagándome con todos los perfumes, por un momento mi nariz ya no era capaz de distinguir ninguno, pero la mezcla era como una especie de elixir, eliminaba todos los males de mi cuerpo, los males pensamientos habían desaparecido del todo, todo era una maravilla, si bien no entendía nada de nada, estaba tan a gusto que no quería salir de esa especie de sueño.

Una fuerte explosión después de un pinchazo me hizo tornar a la realidad, seguí al lado del rosal, la cabeza hecha añicos por dentro, después de respirar profundamente varias veces, volvió a retomar la normalidad.

La niebla se estaba levantando, las gotas de rocío, ahora, cada vez más brillantes bajo los rayos de sol, aportaban la fantasía de estar entre hermosos diamantes, inalcanzables, cuando más subía el sol más se evaporaban, pero el jardín seguía conservando ese maravilloso perfume...

Una gota de sangre estaba naciendo de la yema del dedo índice... También olía a rosas...

Toni Oliver