Te vi sumergida en una bola de cristal
Te vi sumergida en una bola de cristal
estabas flotando, ingrávida
viajando por el espacio sideral
entre estrellas, con ellas te codeabas
cual estrella eres, infinita.
Energía azul, rayos blancos, dorados
te envolvieron el cuerpo con su magia
recargando y sanando ese encanto mágico
acariciando el cuerpo sin tocarlo
sólo con la mirada.
Al llegar a tus muñecas
se despertaron las tuyas
las que tienes guardadas en tu corazón
se vistieron de cirujanos
con trajes blancos.
Pasaron las cálidas manos
sobre las tuyas, ya doloridas por el tiempo
sin tocarte, pusieron mucho amor para anestesiarte
sin dormirte, para poder ver tu sonrisa
mientras sanaban con la mirada infinita.
Volvieron a su estante
te miraban con cariño
sabían que habías sanado
tú, todavía no
pero lo notabas sin cerciorarte.
Te ardían, fuego interno
contrastando con el frío que las acompañaba
no, no eran los años que van pasando
sino una vida que cada día te enseña
a veces hasta con lágrimas.
Pasan los años, tiempo inexistente
por los humanos inventado
lo que pasa es la vida si no la disfrutas
esos momentos cotidianos
en ese ahora, ese preciso instante.
Toni Oliver
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