miércoles, 18 de diciembre de 2024

Pensamientos filosóficos a cualquier hora del día o de la noche. 19/12/2024

Pensamientos filosóficos a cualquier hora del día o de la noche. 19/12/2024

Lo que voy a exponer hoy, aunque lo parezca, no va de religión, sino de la parte social, desde los tiempos de los tiempos, de matar al niño interior desde su nacimiento.

“Le dijeron a Herodes que iba a nacer un niño que sería Rey. Con su ira encendida mandó al ejército a matar a todos los niños, en especial a uno que se llamaba Jesús, el supuesto Rey.”

No entro en que si Herodes existió o si existió Jesús, no me fío de lo que nos han contado, demasiado nos han mentido.

Pero sí lo miramos desde la lejanía, con años a nuestras espaldas, de esta vida y nuestra sociedad, lo podemos tomar como una parábola.

Herodes, sociedad y sistema. Jesús, ese niño interior que matan al nacer para que no piense.

El niño siempre busca algo con que entretenerse, en que soñar, aparte del amor de sus padres, familia, etc. necesita experimentar con todo lo que tenga a su alcance, nace con una mente en blanco, libre, sin religión, ni política, ni deportes, sin malicia. Luego entra en juego Herodes y su ejército. Empezamos a ponerle normas, religión, un número en un registro junto con un nombre que lo marca de por vida, lego le enseñamos a ser esclavo de un sistema que no le conviene, pero él no lo sabe, le inculcamos una forma de política, pensamientos obsoletos, creencias de cosas y en cosas no comprobadas, sólo por algunos imaginadas convertidas en dogmas, el fanatismo en política, deporte, en esos dogmas, etc. Le regalamos juguetes, que ya no son tal, para que ni siquiera pueda imaginar libre y no tenga que inventarse los suyos, no sea cosa que le despertemos su imaginación.

Recordemos, una persona que piensa fuera de lo inculcado es un peligro para la sociedad impuesta, para el control de masas, puede hacer que el resto de la gente comience a pensar, puede romper a ese Herodes, sistema.

Pensemos un poco, si todavía nos queda algo de cerebro libre, rebelde, no guiado por el control de masas, difícil, lo sé, pero intentémoslo antes de que sea demasiado tarde. No pensemos lo que manda el sistema, sino en como deshacerlo y volver a ser niños libres, intentemos borrar el dogmatismo que nos han inculcado, volvamos al razonamiento lógico, al uso del sentido común (el menos común de los sentidos). Volvamos a ese niño cuando nacimos, me refiero a la mente, esa mente virgen, sin que se le hayan metido toda clase de trampas, sin miedos, con ganas de vivir sin los complejos que se nos meten, volvamos a algo tan simple como poder ser nosotros mismos y no un robot de carne y hueso programado para ser esclavo del sistema.

Resumiendo: Borremos nuestro cerebro y volvamos al de un recién nacido, llenémoslo de experiencias, viviéndolas, no que nos las cuenten cada uno a su manera, eso sería como llenarlo de virus permanentes para volver a ser simples robots controlados.

Toni Oliver



Navidad

Navidad

Navidad, pesadilla infernal, los diablos alimentando el gran consumo para que se olvide la esencia de la celebración milenaria. 
Tiempo ha que se olvido esa esencia, la del amor, la de la familia, la de los niños correteando por toda la casa, abrazando a unos y a otros. Los regalos... De la nada al todo, unas horas con ellos jugando, luego a la caja, de esos juegos anticuados ya se han cansado. Quieren un teléfono o tablet, con Internet, que puedan hacer de todo, olvidándose del resto del universo. Primer paso para ser esclavos de este sistema. Para los padres, un aparato que entretiene a los niños, antes era la Televisión, ésta ya caduca. Me acuerdo la primera que vi en funcionamiento, todo era borroso, en blanco y negro, luego llegó el UHF, yo era el mando a distancia. Hora de poner las noticias, pon la tele, todo el mundo callado, era la hora del “parte”. Querías ver un programa nocturno, no te dejaban, era la hora de ir a dormir, eso sí, los dibujos animados, esos todos, con la salvedad de que si no habías estudiado y hecho los deberes, te quedabas sin ellos.

¡Felices fiestas, faltaría más! Abrazos inmensos, de esos que estrujan hasta el alma.

Toni Oliver