lunes, 4 de septiembre de 2023

¡Oh, que desgracia!

¡Oh, que desgracia!

Se cayó la tinta al suelo
las gotas se rebelaron
a formar letras se pusieron
sobre el embaldosado
como las hormigas, un reguero
buscando la música del jilguero
letras juntando, palabras formando
al ritmo del trino
que se escucha sobre el árbol...

Sobre las baldosas en blanco y negro
brotan bellos versos
quizás de amor
tal vez de odio
pudiera ser la belleza de una flor
la luna sobre el lago
en el mar, sobre el horizonte se va levantando
poco a poco, hasta llegar al cielo
mientras las gotas de tinta en su rebelión
siguen escribiendo.

Llegó el niño
que llorando estaba por el tintero
que el suelo había manchado
ahora, al ver las letras, sonriendo 
en la ventana el trino del jilguero
en el suelo, un libro abierto
sin hojas de papel al descubierto
cada baldosa ocupa si sitio
el del papel del libro
sin tapas que oculten el misterio.

Con la sonrisa en los labios
a leer empezó a discreción
el orden de las baldosas buscando
para lo escrito ir entendiendo
mil aventuras viviendo
de un accidente aventurero
que quedará en el recuerdo
tras los cristales rotos del tintero
por el papel secante no atacados
dejando la historia al universo.

Toni Oliver

Ellas

Ellas

Mujeres imperfectas, rozando la perfección en ese mundo donde la sinrazón supera a la razón, lo ilógico a lo lógico, la belleza exterior, sobretodo de ellas, supera a la esencia. Al igual que unos músculos bien marcados, en los hombres, superan a su cerebro. Ellas, silentes, ya no tanto, desde el espacio oculto, cada día con más luz, mueven el mundo, no sólo en algún campo, sino en todos. Poco a poco florecen, se visualizan, rompiendo la barrera de la oscuridad, emergiendo como luz.

Toni Oliver

Palpitaba mi corazón

Palpitaba mi corazón

Palpitaba mi corazón al sentirla pasar, rozándome con su cuerpo de tal forma que me erizó todo el vello y hasta el pelo que no tengo en la cabeza, me pidió disculpas, esa voz melódica que despertó todas las mariposas del mundo revoloteando, no sólo por mi estómago, sino por todo el cuerpo, más en concreto en mi  mente, no pudiendo parar de pensar en ella. Era como un mensaje recurrente, sin descanso, “dile algo, no te quedes ahí mudo”, abrí los ojos en uno de los parpadeos y ya no estaba.

Toni Oliver

Sopló el viento

Sopló el viento

Sopló el viento, tras las calores del verano, las hojas, cuales mariposas, volaron con su hipnótico planeo hasta acabar por el suelo. Paso de la vida a la muerte creando más vida para volver a empezar de forma diferente. Pensamos que la muerte es el final de una vida, pero nos olvidamos que empiezan miles de ellas de nuevo, como los años, uno tras otros des hace millones de ellos. Lo que pensamos que muere, lo hace, para que salga algo deferente así ver brotar de nuevo esa vida latente.

Toni Oliver

Mujer madre

Mujer madre

Curiosamente cuando hablamos de madres, podemos encontrar unos que dicen que han tenido una muy buena madre, pero otros pensarán todo lo contrario, lo que no sabemos la mayoría es que no sabemos o no entendemos las circunstancias que ha tenido la buena o la mala, primero porque para eso tendríamos que tener un baremo para poder juzgar, por otro tampoco sabemos nada o sólo algo parcial por lo que han pasado. ¿Quién puede juzgar si una madre ha sido buena o mala? Subjetivo todo...

Toni Oliver

Luz perfecta

Luz perfecta

Luz perfecta
vista muchas veces a ciegas
tras los párpados sus caricias
su calor en la piel imperfecta
guiándote por las galaxias
todas esas indefinidas
que huyen de la ciencia
con sus misterios e intrigas
como un niño descubriendo una isla desierta
o bajo el polvo del desván.

Toni Oliver

Labios ardientes

Labios Ardientes

Labios ardientes
juguetones impacientes
carceleros de lengua silente
barrotes de miel
para paladear siempre
lentos besos de alcance
hasta que la pasión reviente
volcán tornándose
con su lava ardiente
expulsada, complaciente.

Toni Oliver

Labios

Labios

Al mirarle a los ojos, brillantes, ardientes de pasión, algo muy inusual en ella. Su carmín moldeaba sus labios, ese rojo intenso que me apartaba de esos bellos, azules ojos, pidiendo casi con desespero lo que los míos estaban deseosos, hace tiempo, desde que la vi. Un choque de pasiones con sólo un cruce de miradas, silentes, desesperadas. Se juntaros, ambos con más ganas que seso, probando la mil u una manera de besar, a cada cual más excitante, hasta dejarlos fluir, hasta dejarlos extasiados...

Toni Oliver