martes, 27 de octubre de 2020

Viendo la realidad existente

Viendo la realidad existente

Viendo la realidad existente
prefiero abandonarme al mundo de los sueños
aunque me llamen loco por no ser como ellos
en mi mundo hasta sin alas vuelo
amo a quien quiero cuando quiero
recíproco abrazos y besos
desinteresados, etéreos
pero llegan a quebrantar los huesos
no dejando pasar el aire por los labios
sólo sintiendo el calor de ellos
con los ojos cerrados
que hablen los sentimientos
sin palabras, con el tiento.

Me quieren cerrar en el manicomio
si cuento lo que pienso
el como con las hadas hablo
y con los duendes me entiendo
en un mundo incompreso.
Hablo también con mi espejo
con los del otro lado
que me cuentan su mundo inverso
como un sueño dentro del sueño
o un cuento en un mundo ilógico
no entendible para el prójimo
que sólo entiende lo ortodoxo
escrito en libros monos
y cuando los lees son como los del otro lado del espejo
los miras como locos, incoherentes, inconexos.

Toni Oliver

Un mar de ruidos

Un mar de ruidos

Un mar de ruidos
contradicciones a mansalva
ovillos desenhebrados
por los gatos manoseados
gritos salvajes contando mentiras
ocultas las verdades bajo el silencio
impuesto por el desgarro del estruendo
ni el trueno que sigue al relámpago 
sobrevive a tal infierno
convirtiéndose en mudo ruido
bajo el ardor del fuego.

Y yo navegando entre esas aguas
tan ínfimo como una piragua 
en medio del grandioso océano
sin brújula bajo la noche de tormenta
sólo ese mar de ruidos
deseosos del silencio mis oídos
para recuperar la calma
poder discernir entre tanta maraña
la verdad entre tanta mentira
sin que me ahogue en la espuma
que se mete en los pulmones hasta el alma.

Espuma salvaje, vomitada
por labios enfermizos
mentes manipuladas
manipulantes de almas
fabricando conciencias insanas
sazonadas con pimienta de odio
en las tormentas de ese mar de gotas liadas
donde la tormenta gana a la calma...
Remando en mi piragua
minúsculo como gota de niebla
al toque de alba esperando al sol 
que en alguna mañana
acabará saliendo tras la tormenta
tiñendo de sangre el agua contaminada
de la desvergüenza humana.

Toni Oliver