Un viejo escritorio
Un viejo escritorio
de madera, con su color
de aceite pulido con el tiempo
años de historia, recuerdos.
Una máquina de escribir, vieja
polvorienta, añeja
letras borradas
de sus teclas gastadas.
Butaca antigua de madera
rústica, simpleza
adaptable a tu naturaleza
su tacto transmita calma.
En ella uno se sienta
cierra los ojos, se concentra
pulsan los dedos las viejas teclas
su música, una historia nueva.
Hoja de papel tras otra
unas a la papelera
otras sumando nuevas ideas
fantasías con destreza.
Recordando antaño
en un escritorio de madera forjado
una pluma de pato
con corte biselado.
Papiro cortado
tintero destapado
mano y pluma dibujando
esas letras que vas pensando.
Papel secante
con puño agarrante
semi curvado, si base
chupando la tinta sobrante.
Suena de nuevo la música
un golpe cada tecla
un timbre al final de carrera
golpe de palanca...
Sigue la fiesta
de palabras infinitas
tierras desconocidas
en una mente fría.
Se caldean las ideas
incluso el sentir con el alma
se van sumando las palabras
el corazón late con fuerza.
Nuevas historias
escritas con destreza
por una mente inquieta
una mano que lo expresa.
Brilla la luna ante el poeta
esa luz, un camino a las estrellas
viajando sobre un cometa
a donde te lleven tus ideas...
Pasan los años en esa madera
el carpintero le puso alma
su dueño escribió sus letras
el heredero lo ve con tristeza...
Toni Oliver