lunes, 12 de agosto de 2024

Buceando en los fondos marinos

Buceando en los fondos marinos

Buceando en los fondos marinos
como si fuera el mismo de nuestros pensamientos
donde surge la magia o la desgracia
donde las ideas se incrustan
como estos peces en esta piedra transparente.

Fluye la vida desde su propia alma 
como surgen las ideas en nuestros pensamientos
fluye como si de una gran fuente fuera
mil colores, mil formas en panorámica
flujo hipnotizante.

Moviéndose con las mareas
en el mar, como en la cabeza
bulle como una caldera
sino fluye revienta
explosión de volcán.

Explosión, la vida misma
el fuego del corazón
la pasión entrelazada
vida y muerte presentes
entre este todo y está nada.

Toni Oliver

Pintura de Joan Gibert



Rompen las olas

Rompen las olas

Rompen las olas
en su desahogo furiosas
contra las rocas
contra el faro que a los marinos ilumina.

Rompen y chocan
expandiéndose como una nube
hacia el cielo montañas de agua
por su propia fuerza pulverizadas.

Los marinos cautos
de la costa se alejan
saben que si se acercan
sus barcos contra ella se estrellan.

Para el que está en tierra firme
un gran espectáculo a la vista
mientras se les llenan los cuerpos de salitre
admiran su belleza.

La luz del faro ya difusa
a lo lejos se divisa
en la cercanía se pelea con la tormenta
ritual cotidiano del farero que el faro cuida.

Se espera la calma
cuando la furia amaine
el sol brille de nuevo con fuerza
los marineros con más experiencia.

Toni Oliver

Pintura de José Adalid Cochon



Tenemos manos y voz

Tenemos manos y voz

Tenemos manos y voz
para la ayuda pedir
en esos momentos malos
donde necesitamos una mano
un apoyo, esos ánimos.

Pero casi siempre, nos callamos
nuestro ego, ese malvado
nuestros miedos, malos consejeros
nos tapan la boca
nos hunden en el barro.

Miedos a no molestar
miedos al que dirán
y más cuando somos nosotros
los que siempre damos esa mano
nuestro ego nos ata las manos.

Si rompemos ese miedo
si al ego vencemos
nos damos cuenta que amigos tenemos
no los de copas en el bar
sino los que lo son de verdad.

Se nos abre el mundo
el universo que no veíamos
ante nuestros ojos
todo él apoyándonos
lágrimas en los ojos...

De felicidad, ante la sorpresa
por perder la impotencia
la de nuestra mente
lágrimas, por esas manos
que desde la nada te levantan 
sin precio alguno, altruistas.

A veces, tenemos miedo al precio
el que nos puede cobrar por ayudarnos
más veces queda como un gran amigo
que un acreedor no pagado.

El precio es simplemente
si ves una mano que pide ayuda
porque, ya sola, no le queda aliento
tiende la tuya, tiene premio
yo te ayudo, tu me ayudas, todos encantados.

Toni Oliver