martes, 26 de diciembre de 2023

Qué esconden

Qué esconden

Qué esconden
esas gafas indefinidas
esa mirada perdida
esas orejas que ni escuchando 
o esos labios que a besos aspiran.

Mil colores, vida
quizás un pez nadando entre las aguas
una armónica con su armonía
las coloridas algas
danzando entre el todo y la nada.

El caballito de mar 
con su zapato de tacón, taconea
como si de flamenco se tratara
sólo la mitad, que la pareja no aparecía
el cangrejo aplaudía con sus rojas pinzas.

Una nebulosa en forma de fantasma
sonriendo en esa fiesta abstracta
unos labios rojigualdos
un carnero saltando como majara
un visitante de tierras extrañas.

Qué hay tras tanta maraña
como si fueran gatos los que la pintaran
ovillo perdido entre sus garras
entre sus juegos la locura
en su locura sus ganas...

Toni Oliver

Retrato abstracto de Jaime Gost Cabello.



Se fundieron

Se fundieron

Se fundieron las palabras
esas escritas en papel olvidado
las dichas al viento 
que jamás a su destino llegaron
con los papeles desechados
jamás por nadie leídos.

En una enorme argamasa se fundieron
todo junto desde el olvido
vibrando la fibra que no tocaron
cuando de los dedos o los labios salieron
ahora, todo se a juntado
formando las tapas de un libro.

En sus entrañas, las hojas con sus misterios 
variante con cada lector que lo ha escogido
si miras sin interés salen en blanco
si te interesas por el misterio 
hasta te hablan al oído despacito
mil historias y olvidos te van contando.

Te contarán algo de una historia de amor
que acabó en la nada por no decir te amo 
a veces por el absurdo orgullo
otras por creer en turnos y plazos
otras que en la mente se quedaron
por el simple miedo al ridículo.

Tal vez esas historias que nunca se escribieron
que nos las cuentan como un cuento
que la mente va mutando
según como sople el viento
no sea que la verdad termine con un balazo
o en la cuneta de los tiempos.

Cosas simples, de corazón tierno
otras de humanos idolatrados
a los altares subidos por ellos mismos
a través de las armas del miedo...
Quizás, tal vez, fueran de corazón tierno
acariciando el corazón de un niño.

Toni Oliver