jueves, 21 de noviembre de 2024

Mi mente

Mi mente

Mi mente
retrocedió a tiempos pasados
al ver a los niños
columpiándose en unos columpios improvisados.

Sorteando las olas
en una playa indómita
donde la vegetación se funde con el agua 
con sus abrazos y caricias.

Colores diversos
como los secretos versos
silentes, que se crean en el cerebro
para un amor ignoto.

En la arena, las conchas
clavándose en los pies como navajas
eso sí, algo gastadas
crujiendo bajo los pies, esas delicadas plantas.

Un pino, olvidado en el tiempo
brazos fuertes como los de Sansón
una vieja cuerda, un tablón
unos nudos bien hechos.

Los niños soñaban
un columpio para ellos mientras el silencio callaba...
“Niño, deja de joder con la pelota”
“Niño, eso no se dice, eso no se hace, eso no se toca”.

En cada vaivén un vuelo
un cielo de cara, a la espalda otro cielo
agarrados en las cuerdas, estaban en su trapecio
cumpliendo, por momentos, esa gran ilusión.

Ilusión de ser simplemente niño o niña
sin mas diversión que ser su propia esencia
no lo que las normas mandan
rebeldes con o sin causa.

Toni Oliver

Pintura de Cosme Andreu



Del suelo al cielo y viceversa

Del suelo al cielo y viceversa

Del cielo al suelo y viceversa
podría decir infierno
pero no, ese es el mismo suelo, irreverente
el cielo no es el lugar de los dioses
es donde reside la feliz mente.

En el suelo, esta Tierra
lugar escuela sonde no existen los colegios
ni lecciones con cátedra
esas lecciones son la vida misma
en base a ostias y glorias.

Las ostias, las que recibes
cuando de buena fe andas
buscando elevar tus sueños a esos cielos
a esas alturas de gloria, sube la mente, el ego
que luego el destino todo lo baja.

Qué gran maestro ese vaivén
manejando la montaña rusa de la vida
unas veces con vivas y sus loas
otras, en la bajada
hundiéndote en el lodo hasta el fondo.

De todo se aprende
de las victorias la fama
de la derrotas, una gran lección
buscando la mejora 
para la victoria en la próxima ocasión.

Duelen, ufff, no todo el mundo sabe cuanto
mas cuando se repiten una y otra vez
hasta llegar a la victoria
muchas subidas y bajadas
sólo es saber gestionarlas.

Me recuerda este libro
viejos recuerdos de antaño
cuando recién salido del cascarón
en un mundo nuevo me soltaron...
La selva indómita, pintada de cuento de Disney.

Toni Oliver

Dedicado a Pedro Contreras y su libro "Nunca quise ser cantante"