Los dragones de tu mente
Fuiste llegando a la cima, en ella te mantuviste un tiempo, pero la montaña vibró, desapareciendo bajo los pies, entrando en lo más oscuro de las cavernas de tu mente, donde residen esos infinitos dragones escupiendo fuego por la boca, llamas ardientes, quemándote por dentro y por fuera, entraste en ese mundo del infinito oscuro, sin salida aparente. Pequeños nomos, cuasi invisibles, te lanzaron cabos, los fuiste recogiendo poco a poco, hasta salir de las profundidades. Asomaste de nuevo a la luz.
Toni Oliver