Me rompí
Me rompí
como una estatua de porcelana
lanzada con fuerza hacia el suelo
entre el todo y la nada,
sólo escombros
mil pedazos desordenados
a cada cual más dañado
los ojos, aún en el aire
contemplando el desaguisado.
Empezaron a caer las lágrimas
como gotas de rocío al alba
el sol, desde lo alto, calentaba
recuperando el aliento que me faltaba.
Me sirvieron las lágrimas
como mejor pegamento
juntando cada pieza de mi cuerpo
incluso las de mi pensamiento
mientras el cuerpo forma tomaba.
Se veían las cicatrices
el sol las doraba
cual oro, que sí era
la experiencia nunca falla
hasta los labios sonreían
a cada pieza que colocaba.
Me deshice de las tristezas
de las penas que me atormentaban
si bien era yo con mis marcas
cicatrices como surcos de lava
ese yo no era el yo, el de antes
era el que ahora nacía de la nada
o, más bien de esos trozos
que antes desechaba.
Me cuesta al principio
coger la fuerza que deseaba
a cada paso más me refuerzo
cuanto más ando, con menos carga
la mirada ya bien alta
hasta el corazón de los mil pedazos
late como por magia.
Toni Oliver
