lunes, 2 de septiembre de 2024

Me encontré un corazón

Me encontré un corazón

Me encontré un corazón
en un claro del bosque
hecho de hermosas flores
iluminado por los rayos del sol.

Rodeado de gruesos árboles
que entre sus ramas dejaban pasar la luz
para que se viera a lo lejos
iluminando el bello corazón.

Palpitaba sobre las raíces
los árboles le seguían
a su ritmo se movían
bailando desde su alma.

Algunos dicen que no tienen esa alma 
pero sienten cuando se les abraza
vibra su savia como un torrente de agua 
fluyendo hacia el mar.

El corazón me miraba
moviendo las flores que lo formaban
al son  de la brisa
que entre las ramas se colaba.

Mis ojos, centrados en los suyos
ni tan siquiera parpadeaban
se quedaban sin lágrimas que los lubricaran
el corazón de flores sonreía, sus ojos me guiñaba.

Toni Oliver



Llueve sobre la seca tierra

Llueve sobre la seca tierra

Llueve sobre la seca tierra
petricor se respira 
llenando los pulmones
con una sonrisa de oreja a oreja.

Rayos, truenos 
tiembla la tierra
mientras el agua se desliza
por las calles resecas.

Se limpia el aire
viciado por la arena
el polvo de tierras lejanas
quizás también de más cerca.

Breve esa lluvia
cuando falta en cantidades inmensas
los lagos sin reservas
las fuentes en la miseria.

Sale el sol, brilla de nuevo
algo se ha mojado la tierra
insuficiente, pero algo es algo
la ilusión poco a poco aumenta.

Toni Oliver



Los velos de la mente

Los velos de la mente

Los velos de la mente
esos que te impiden ver la realidad
mostrándote la fantasía
en un sueño sin despertar.

Como en la danza de los siete velos
hay que ir quitándolos
poco a poco, sin prisas
hasta quitarlos todos.

Nunca ocurre tal deseo
sólo se añaden velos
falsas ilusiones
farsas, mentiras...

Te duermes en un sueño
viendo una realidad inexistente 
a más velos más te obcecas
cobardía, miedos, comodidad...

Poco a poco entras en la gran oscuridad
la comodidad de tu mental butaca
pero ya sin salida a la vista
sintiendo el abismo a tus pies.

Sólo te queda seguir durmiendo
con los pies colgados al oscuro abismo
o despertar por un momento
arrancándote todos los velos.

Si lo haces te das cuenta del engaño
esa gran farsa en que te habían envuelto
ni una realidad verdadera
sólo simulacros de ensueño.

Nada es lo que parece
siglos y siglos en un gran engaño
ahora aumentado
antes mentían, ahora mienten con su silencio. 

Toni Oliver