martes, 9 de enero de 2018

A donde van los marinos

A donde van los marinos

Nada entendía el niño, vestido de negro en medio de una marabunda de gente vestida del mismo color. Todos en la calle, camino a la iglesia, olían las calles a pescado. Desde su altura, sólo alcanzaba a ver las manos de la gente, manos callosas, gastadas, con cortes en casi todas ellas, cortes de frío y de otras causas.

Todo el cortejo callado, sin abrir la boca, su madre con lágrimas que se iban deslizando por las mejillas, de vez en cuando se las secaba, sus ojos estaban rojos de tanto llorar.

Miraba el niño por todos lados, estaba casi todo el pueblo, pero... ¿Dónde estaba su papá? No lo veía, no estaba a su lado como otras veces, esta mañana no le había dado el beso diario, ese que le daba nada más llegar a casa de su faena, tampoco le había dicho que se levantara que tenía que ir a la escuela.

Entraron en la iglesia, se sentaron ella y su madre en el primer banco, enfrente un ataúd de madera, vacío, no había nadie dentro. Nada entendía y menos ese ataúd vacío.

El cura ofició la misa, como otros tantos días, pero en el sermón escuchó el nombre de su padre de la boca del cura, también que como marino estaba en el fondo de los mares velando por los demás marinos que a diario lo surcan...

Al acabar el oficio y llegar a casa le pregunta a mamá. ¿Dónde está papá? El cura lo ha nombrado y yo no lo he visto en todo el día.

La madre, cogiéndolo en brazos y colocándolo sobre sus rodillas le cuenta: Tu papá, como marino, está en el fondo del mar, cuando muere un marino no va al cielo como el resto de la gente, sino que se van al Reino de Neptuno, el rey de los mares y sus profundidades, desde ahí velan por los otros marinos que salen cada día a trabajar para que no les pase nada y traigan buena pesca, pero a veces Neptuno se enfurece y levanta fuertes vientos y enormes olas haciendo zozobrar los barcos, sus marinos ingresan en su Reino para que sigan velando por los otros. Es una historia dura, pero necesaria. Neptuno pide respeto a su Reino y los humanos a veces nos olvidamos de esto y le desafiamos. Cuando tu también seas marino, tu papá te cuidará desde las profundidades marinas, velará por ti.

Agotado el niño quedo dormido sobre su regazo...

Toni Oliver

Pensamientos filosóficos a cualquier hora del día o de la noche.09/01/2018

Pensamientos filosóficos a cualquier hora del día o de la noche.09/01/2018

El cielo y el infierno

El cielo y el infierno, eterna discusión, inútil,por cierto, son lo mismo, son las dos caras de la misma moneda, no existe el uno sin el otro.
Si tiramos la moneda con las dos caras al vacío, ya se acabaron los miedos, simplemente vivimos.

Toni Oliver