Sonó un violín
Sonó un violín huérfano
danzaba la bailarina
con saltos de gacela
cual estela de cometa
libre, rebelde
saltando de estrella en estrella.
Se posó sobre la luna
la magia de las hadas
pinceles en lugar de varita
en sus manos llevaba
sobre un lienzo invisible
pintaba y pintaba.
Los brazos, las manos, el pincel
círculos de tinta opaca
el lienzo iba tomando forma
de una pintura abstracta
la imaginación al cielo abierta
la música sin parar sonaba.
Se movía armoniosamente la cabeza
al son del cuerpo el pincel pintaba
las notas en el aire flotaban
poco a poco, sobre el lienzo se posaban
como duendes locos bailaban
bañando sus pies en la pintura.
Mágicas las pisadas
formando estrellas extrañas
constelaciones raras
quizás ignotas
para mentes cerradas
bellas para quien mira por la ventana.
Toni Oliver
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