Llamamos prosperidad
Llamamos prosperidad
a eso de tener muchas cosas
acumulando trastos y más trastos
esclavizándonos para comprarlos
también para conservarlos
llega al apego
el de las cosas, el de las personas
no podemos dejar eso de lado
se convierte en nuestra vida
robándonos hasta el alma
cuando ya envueltos en tantos objetos
endeudando nuestra vida por años.
Con el tiempo
cansado de ser esclavo
que las cadenas nos las hemos puesto nosotros
también los candados
a otros las llaves hemos entregado
nos damos cuenda de que nos hemos esclavizado
por tener inútiles objetos
de nosotros olvidándonos.
Hemos destruido la naturaleza
para obtener inútiles cosas
cuando esta todo nos lo da
con tal de que no la destruyamos
cosa que hemos olvidado.
Ya cansados, destrozados
miramos a nuestros adentros
dándonos cuenta que lo que buscábamos
ahí lo hemos tenido y lo tenemos
no son las cosas que nos dan la felicidad
tampoco los demás, la tenemos dentro
sólo tenemos que encontrarlo
en la oscuridad de nuestros pensamientos
ponerles luz, iluminarlos, nos iluminamos.
Y ya, sin tiempo
buscamos lo destruido
eso que destrozamos
con el deseo que fuera como antaño
tal como lo imaginamos
ya por nuestra mente transformado
en un sueño, una ilusión
pero ya no es lo mismo, lo cambiamos
conformándonos con lo más nimio
esas pequeñas cosas que antes despreciamos
tan cerca las teníamos, las ignoramos
nuestros ojos sólo veíamos una ilusión
como un total engaño
generado por siglos, años
nuestra mente engañando
incluso anulando
para que no fuéramos pensando
sino sólo lo programado.
Nos convertimos en meros robots
con los hilos de las marionetas controlados
invisibles, eficaces, también ignorados...
Reflexionemos antes de convertirnos en esos esclavos
a los que venden la felicidad por objetos
convirtiéndonos en amantes de ellos
dejando de amar a los humanos.
Amémonos a nosotros mismos
cuando ya amor tengamos
tendremos para repartirlo
si algo no tienes no puedes darlo
si lo tienes, puedes compartirlo.
Empecemos el año pensando
que nuestras neuronas sigan viviendo
se sigan reproduciendo
so siendo solamente un reproductor
de sermones dados
palabras de extraños
que aún sin sentido seguimos replicando
como autómatas programados.
Toni Oliver
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