Vi una bala que venía
Vi una bala que venía
muy mal me miraba
el aire los dientes le afilaba
hasta su ira se le encendía.
Millones de relámpagos a la tierra caían
fundiendo el plomo de las balas
los truenos en música se tornaban
uno tras otro una sinfonía.
Escuché grandes mentiras
en las cuales las verdades no se hallaban
el odio todas ellas inculcaban
éste, crecía, crecía, crecía.
Una tormenta silenciosa
invadió de repente la tierra
el silencio por todos lados se hallaba
el virus que a la vida dio vida.
El latir del corazón ya se escuchaba
como marca pasos sonaba
la gente a su ritmo bailaba
poco a poco el gran mal erradicaba.
Por besos y abrazos se cambiaron las armas
en los labios de la gente una gran sonrisa
no había noticias, ni buenas ni malas
tampoco hambre en la azul tierra.
Pregúntole el zángano a la hada:
¿Cómo ha cambiado la vida...?
Ahora todos para todos trabajan
hasta tú, ya ves de zángano no te queda nada.
Dejemos que los poderosos se ahoguen en sus mentiras
que el plomo de las balas y las guerras
les entierre en los más hondo de la tierra
donde no quede rastro de su existencia.
Del hambre de poder y su avaricia
del odio y sus mentiras
de la falta de respeto para la humanidad
que se consuman entre el fuego de la eternidad.
Toni Oliver
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