Mano que te agarras
Mano que te agarras
al hiriente alambre de espino
intentando saltar la valla
que te tiene retenido sin sentido.
Herida, anciana, arrugada
llena del paso de los años
y las mil absurdas batallas
por las que uno ha pasado.
Por el frío agrietadas
por hambre casi te la han cortado
si no fuera por el buen uso de las palabras
que pocas veces te han escuchado.
Mano que te agarras
a un clavo ardiendo
sostenido por la brisa
bajo el agua que está lloviendo.
La ilusión y la vista alzadas
los pies en el barro, paso a paso
ya descalzo, sin botas
que el camino ya ha gastado.
No muy lejos, manos de porcelana
blancas con un toque delicado
cubertería de plata
carne en el mejor de los platos.
Ropa planchada y perfumada
los mejores zapatos
para unos pies de textura delicada
lindas sedas en tiernos lechos.
Y tu, nacido carnaza
agarrado a la alambrada de espinos
las manos desangradas
buscando un mejor destino...
Toni Oliver
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