Arde el monte
Arde el monte
de la mano de unos salvajes
organizados por otros “malajes”
en pos de sus bolsillos
sin importar la sangre.
Asesino de vida
a ti te lo digo
que con el fuego disfrutas
esa destrucción por las llamas
que alegra tus entrañas.
Asesino de vida
te cargas la fauna
las gentes que por ahí pasan
de la gente que respira
sin bosque no hay vida.
Asesino salvaje
terror de los montes y valles
de las pacíficas gentes que los habitan
destruyes su forma de vida
sus casas, sus gallinas
sus vacas, sus ovejas
todo bicho viviente que ahí se hospeda.
Terrorista ecológico
terrorista asesino
no sólo tu, sino quien te paga
por incendiar el monte
y acabar con la vida que haya.
Los gobernantes no hacen nada
cualquiera diría que los respaldan
aliados de la mafia.
Al pueblo mentiras y farsas
mientras su visa se juega
de forma desesperada
en sus manos llagas
en sus ojos lágrimas
todo arde, el fuego no se apaga
y tu, asesino cabrón
sigues encendiendo la llama.
No te digo lo que te mereces
pregunta al pueblo, te lo dirán con creces
el pueblo llora tus idioteces
se llena de sangre la tierra
con tus manos manchadas
en el aire tus hazañas
negro humo que revienta al pueblo
sin oxígeno, sin vida...
Pero que más te da la vida
la de los demás se entiende
porque la tuya si quieres
enciendes y huyes
no sea que ahí se quede.
El pueblo surgirá de sus cenizas
tu conciencia te corroerá de por vida
hasta que tu mente se convierta en cenizas...
Que el viento lejos se las lleve.
Toni Oliver
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