La mágica casa del bosque
Esa mágica casa
del espeso bosque
donde poca gente sabe
de su lugar y existencia.
Del río y con su noria
de agua y energía abastece
de la leña se encargan los duendes
para que en el frío invierno
el frío en casa no quede.
Dicen que lucen se ven por la noche
deambular de ventana en ventana
pocos saben que son las hadas
que preparan sus andanzas.
A veces en el bosque me pierdo
no por no saber el camino
sino porque saberlo no quiero
al rato en el río me encuentro.
Los salmones río arriba saltando
buscando los últimos confines
de este río casi sin fin
donde vida y muerte
todo es vivir.
Rayos de luz luchando
por un claro en el bosque entrar
iluminar un poco ahí la vida
mas los árboles fácil
no se lo quieren dejar.
A veces por la noche me quedo
esa tranquilidad me gusta disfrutar
sin prisas ni tiempos
la magia del bosque empieza a funcionar.
La oscuridad pronto ya aparece
el sueño mella hace ya
uno busca un lugar para el descanso
es fácil de encontrar.
Grandes alborotos me despiertan
enormes formaciones de luciérnagas
seguidas de pequeños duendes
con las hadas por los aires revoloteando
los animales se van juntando.
Absorto ante ese espectáculo
mirar sólo me queda
observar lo que suceda
eso es digno de en la mente grabar.
Entre ellos todos hablando
sin peleas ni rencores
cada uno sus problemas expone
y entre todos los intentan arreglar.
Mas las pacíficas disputas
sólo se quedan en hablar
por mucho que se hable
los problemas persistirán
pero intentado se ha.
Los rayos de sol
que las ramas atraviesan
en el rostro me pegan
despertándome ya.
En la duda me quedo
si sueño o verdad
pero en mi mente queda
esa noche grabada ya.
Toni Oliver
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