El bote empezó a moverse con ganas,
cada vez más fuerte, la tormenta iba cargada de agua y un fuerte
viendo que me llevaba a la deriva con rumbo hacia ninguna parte, la
tormenta iba acompañada de muchísimos relámpagos con sus
estridentes truenos que casi sordo me dejaban.
Con la manta tenía que ir achicando el
agua que en el bote se iba acumulando para que no se hundiera el bote
por exceso de peso, pero esa manta cada vez pesaba más para
estrujarla fuera del bote y así vaciar el agua del interior, con la
que estaba cayendo era casi imposible el poder achicar la suficiente.
Así todo el día y parte de la noche
donde ya notaba un fuerte agotamiento, si bien al amainar un poco el
temporal quedé tan rendido que volví a visitar a Morfeo hasta que
el calor del sol empezaba a calentar mi demacrado y desnudo cuerpo.
Abrí los ojos como pude, el sol era
demasiado fuerte para mis claros ojos y, ¡Sorpresa de nuevo! Otro
pescado a bordo y la calabaza del agua otra vez llena, seguía siendo
de agua dulce.
Poco a poco estaba notando que mis
facultades mentales no debían ser muy normales, era imposible que
alguien , me pusiera pescado fresco y agua a bordo, no había nadie
ni ningún navío en todo el horizonte, salía de toda lógica lo
que estaba pasando, un pescado puede aparecer en un pequeño bote,
pero no acompañado de agua dulce en una calabaza una y otra vez,
estaba teniendo alucinaciones, no entendía nada, si bien me podía
pellizcar, que lo hice, para ver si sentía algo y seguía vivo, y
sí, sentía los pellizcos como siempre, podía ser que fuera el sol,
el hambre o la sed, pero más o menos algo comía y el agua, si bien
racionada, no faltaba.
Volvían las preguntas a mi cerebro,
donde estaba, que hacía ahí dentro, como llegaba el pescado, el
agua y además sin enterarme de nada, siempre cuando estaba dormido.
Preguntas que seguían sin respuesta por muchas vueltas que le diese,
y eso que tiempo tenía de sobra para ello.
Me picaban los ojos de fuerte sol y el
salitre que llevaba en ellos, me los restregaba con el brazo para ver
si podía ver más claro, pero los intentos eran vanos, seguía con
la irritación, tampoco quería gastar el agua dulce para lavarlos,
cosa que tuve que hacer, pues ya no aguantaba ese escozor en los
ojos.
Después de pasarlos por agua dulce,
los cerré, pues pensé que era lo mejor para que no se irritaran
tanto, estando con ellos cerrados un buen rato.
Mientras, mis divagaciones sobre mi
futuro y sobre todo sobre mi presente y el como salir de esta
situación me tenían entretenido. Cuando decidí que ya tenía
bastante de tener los ojos cerrados los abrí para así otear el
horizonte en busca de posibles soluciones, pero no, sólo se veía
una cosa y no en el horizonte precisamente, sino justo donde estaba,
en el bote y por todo el resto. Un espesa niebla, tanto o más espesa
que la que hizo zozobrar el barco otra vez.
No tenía ni idea de cuando había
entrado o sido absorbido en el banco de niebla, sólo sabía que nada
se veía. Nada de nada....
¡Hola! Escuche con una voz y timbre
femenino, pero seguía sin ver nada, pero el corazón se me había
acelerado a todo lo que era capaz de bombear. Tímidamente respondí,
'hola! Me costó mucho decirlo, lo reconozco, los labios no se abrían
ni articulaban, pero conseguí decirlo, o eso pensaba, pues la voz
femenina seguía son contestar.
Dada la poca visibilidad y lo pequeño
que era el bote decidí ir tanteando el bote y cual fue mi sorpresa,
estaba tocando una cola de pescado, decidí seguir palpando hacia
arriba siguiendo el curso de las escamas y pensando en el festín que
me iba a dar con toda la carne que tendría.
De pronto se acaban las escamas y
aparece en mi tacto una suave piel, tibia, no entendía nada, de las
escamas y sin separación ninguna había pasado de unas grandes
escamas a una suave y cálida piel, me detuve unos momentos antes de
seguir y retrocedí un poco para comprobar que era cierto, escamas y
piel estaban unidas, era todo uno....
Con toda esa intriga tenía que seguir,
no podía parar, seguí palpando en medio de la niebla y dentro del
bote, unos pequeños promontorios de piel aparecieron, cálidos y
semiduros....
Unas ligeras cosquillas noté en la
paste superior de mis manos, como si unos cabellos las estuvieran
rozando, unos fuertes escalofríos me fueron recorriendo por todo mi
cuerpo, tan fuertes fueron que me impulsé hacia atrás cayendo de
espalda y temblando, no se si de miedo, pánico o frío o de todo a
la vez. El corazón parecía que ya se había pasado los límites de
lo imposible bombeando sangre a todo mi cuerpo, pues lo escuchaba
como si fuera un motor.
Mientras intentaba relajarme un poco,
pues estaban siendo demasiadas experiencias seguidas en tan poco
espacio de tiempo, la voz femenina me dice ¡Hasta aquí hemos
llegado, ahora es hora de que te vayas con los tuyos!
Un ruido de un pip, pip, pip, pip,
acompasado me despertó, abrí los ojos, estaba en una habitación,
como si fuera de un hospital, pero parecía un barco, si movía como
si fuera tal. UN señor con una bata blanca me dice ¡Ya era hora,
estábamos preocupados, lleva dos días en coma!....
Ya un poco más recuperado y con un
plato de lentejas para comer, aparece un Sr. que me dice que es el
capitán del buque hospital y que no sabe como he sobrevivido, el
barco en que zozobré hacía cinco meses que se había hundido y toda
la tripulación fallecida o desaparecida, que era el primero que se
encontraba con vida, no se explicaba como había podido sobrevivir en
las aguas frías donde el barco se hundió.....
No supe que responder, no me atrevía,
era un cuento de hadas, somo contarle todo lo.....
Toni Oliver
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