Luciérnagas
Caminando de noche, removiendo piedras sin saber lo que estaba buscando, aparecieron unas luciérnagas, su luz fluorescente iluminando en su vuelo la fantasía, mis sueños. Apareciendo en mis ojos ese niño, normalmente olvidado, ese que jugaba con ellas disfrutando de esa maravilla de la naturaleza... Hasta las hadas tomaban forma luminiscente para aumentar la magia de la noche, los nomos cantando a coros sonidos extraños, pero agradables para el oído. Tiempos aquellos en que todo era posible, aunque fuera todo producto, según los mayores, de la imaginación... La luna se había tapado para que se viera mejor la luminosidad de esos seres tan precioso. Cuando me levanté del suelo, brilló la luna con toda su belleza, iluminando el viejo camino que me llevaba a casa, otra vez a la realidad cotidiana.
Toni Oliver

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