Estaba la ranita
Estaba la ranita
en su hermosa charca
verde calma
la flora le acompañaba.
Croaba, croaba, croaba
buscando otra ranita
que de algún lado le contestara
con quien jugar en la charca.
Se sentía sola
con quien jugar no tenía
tomaba el sol por la mañana
de noche dormía.
Un día, en la lejanía
un croar escuchaba
revivió su alma
con una gran alegría.
Sus ojos brillaban
como de noche la luna
cuando el sol calentaba
croar y croar se escuchaba.
Contaban sus penas
también sus alegrías
pues las anteriores se olvidaban
tenían nueva vida.
Toni Oliver
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