Silencio, oscuridad
Silencio, oscuridad
un rayo de luz pálida
perdida entre las rendijas
de las, en su tiempo rojas, cortinas
ahora por el sol oscurecidas
o quien sabe, por el tiempo que no se limpian.
Incandescentes las viejas lámparas
en la calle, tiempo ha olvidadas
nuestra respiración entrecortada
rompiendo el silencio de nuestras almas
en el suelo, olvidadas nuestras telas
dejando nuestros cuerpos sin nada.
Unos dedos, unas caricias
la cabeza bien levantada
retrocediendo, enseñando la garganta
dejando entrar el aire por la garganta
mientras vibran todas las cuerdas
como si fueran una guitarra.
Entre el silencio, el cuerpo tiembla
cual terremoto entre la nada
los poros, como las piedras
remueven las entrañas
nuestros pensamientos ya en flamas
mudos, ardientes como la lava.
Se rompe el silencio, la luz de la calle se apaga
encendiéndose la oscura llama del alma
entre gemidos, voces extrañas
ininteligibles para gentes ajenas
para las mar cercanas, enciclopedia
gloria para los brazos que abrazan.
Toni Oliver
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