Huelo el perfume de la noche
Huelo el perfume de la noche
al caer el relente sobre la tierra
sus hojas, verdes y secas
perfume a tierra húmeda entra por mis venas.
Cabalgando sobre mi negro corcel
con años ya, como su jinete
despacito, con calma
sin prisas hasta el alba.
Luz de media luna
creciente como las esperanzas
de fondo las estrellas
tiempo ha olvidadas.
Sonrisa de oreja a oreja
me revela que se soltaron las cadenas
sensaciones enterradas
en lo más profundo de la tierra
desde que me encerraron en la colmena humana.
Colmena llena de gente
millares y más millares
viviendo en un mar de gotas
sin siquiera juntarse
ni buenos días ni buenas tardes
desconocidos a mares.
Se mantiene la sonrisa en mi rostro
la luna ilumina el camino
tenues sombras piso
guían mis pasos las estrellas
el aroma de la vida respiro
cada bocanada de aire a vida sabe
cada vez más bella si cabe.
Adonde vamos me pregunta
mi corcel negro, mi compañero
juntos, tantos pasos
avatares a mares, sin contarlos.
Adonde crees que vamos
amigo, compañero
cada día haciendo camino
siempre aprendiendo
disfrutando del aroma del viento
aunque el camino sea incierto
cualquier rumbo es bueno
la meta no es el destino
este es el mismo camino
el que se siente y vive
cada paso, cada segundo...
A que ese aroma
de tierra remojada
por el relente de la noche caído
es tan bello que merece ser vivido
sentido como el mejor placer...
Está ahí, ahora mismo
lo sentimos, estamos vivos.
Toni Oliver
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