Las palomas y el anciano.
Vuelan las palomas sobre el parque
sobre las migajas de pan
que un anciano de pelo blanco
a su merienda va quitando.
Tarde tras tarde
en días soleados
otros hasta nublados
igual si está lloviznando.
Las palomas y el anciano
amigos de muchos años
sus penas se van contando
y alegrías compartiendo.
Miran los transeúntes al anciano
con las palomas todos los días hablando
el anciano loco sólo está hablando.
Con sus sonidos las palomas
contestan al anciano
hasta bailando lo animan
mientras sus migajas van picoteando.
Van las palomas como cada día
al parque del anciano
buscan por todos lados
el banco vacío han encontrado.
Cunde el pánico entre las aladas
su amigo al parque no ha ido
sus migajas no ha dejado
algo le ha pasado.
Por todos lados siguen buscando
ventanas, parques u otro lado
como buitres hambrientos
en el hospital han encontrado.
En formación van a verle
tras los cristales lo están observando
intubado en una cama
ahí está el anciano.
Llora el anciano desde la cama
sus amigas en la ventana
buscando la entrada
para acompañar al anciano.
Un niño tras el ruido
en la habitación ha entrado
se queda anonadado
por lo que ha encontrado.
Mira al anciano
al que encuentra llorando
mirando la ventana
casi implorando
que abra la ventana
ese niño que ha llegado.
Sin entender nada
el niño la ventana abre
entran las palomas
para para a su amigo acompañar
hasta sus lágrimas poder secar
y dejarse acariciar.
Toni Oliver
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