Descendí a mis infiernos
Descendí a mis infiernos
mis ardientes sentimientos
la locura de mi pasión
mi pasión por el fuego
el fuego de todo color
mil colores, sin humo
la nubles de mi visión
el fuerte palpitar de mi corazón
entre las llamas de la sin razón.
No, no ardí entre las llamas del su fuego
alimenté ese fuego que llevo dentro
con los troncos de mi pasión
el acierto de mi decisión
aunque vaya en contra de toda razón
el cerebro y el corazón
condenados a vivir juntos
dos mundos opuestos
uno con el razonamiento
el otro con la pasión.
Ambos, caminos opuestos
un mismo destino
se consienten sin consenso
imposible llegar a un acuerdo
lo racional es un estorbo
la pasión no va con el cerebro
ninguno entiende al otro
ninguno quiere cambiar de opinión
para uno todo es blanco o negro
para el otro no importa el color...
Toni Oliver
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