Soplan furiosos
Soplan furiosos los vientos
en las cabezas vacías
donde todo retruena
menos la razón y el sentido común.
Resuenan los ecos
de las falacias a mansalva
canción monótona
que repiten como un loro.
Loros que repiten ese eco
sin pipas para llevarse al pico
que de tanto abrirlo se les caen
los ratones se ponen finos.
Les gusta lucir los colores
de su sangre derramada
los del oro que no tienen
como las cacatúas tras los brillos.
Brillos falsos
como los cristales picados
ampliados por los rayos
cuando te acercas han desaparecido.
Se cabrean los vientos
soplando entre los huecos
cada vez más escándalo
en nada se va quedando.
Del ruido se alimentan
alimento no les queda
se lo gastan con su ego
el falso profeta.
Toni Oliver
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