Me puse a mirar al cielo
Me puse a mirar al cielo, aparecieron las nubes, los pájaros con su trino ponían la música, mientras en el azul escenario, un escuadrón de nubes blancas y negras iban tomando formas diversas. Como por arte de magia, apareció un perro peludo, sonriente, blanco, cara de travieso, persiguiendo a la Parca que se había olvidado la negra capa, atravesando los rayos de sol entre los orificios de la calavera, misteriosos haces de luz como ojos.
Una bola de pelo o algodón perseguida por una liebre saltando sin ton ni son, abría su boca mostrando sus dientes, convirtiéndose en un enorme pájaro, quizás un águila, tal vez un buitre en pleno vuelo, observando su próxima pieza...
Una gran ballena salida como si fuera un gusano de seda de su propio capullo, persiguiendo a la liebre con sus saltos, ambos, disolviéndose en el cielo como por arte de magia, dando paso a un león con sus fauces abiertas intentando sonreír, desmelenado, quieto, moviéndose arrastrado por el viento... Un gran barco atravesando el cielo, con su palo y las velas a todo trapo, hasta disolverse como si fuera un sueño....
Los pájaros seguían trinando, rompiendo el silencio de la tarde, fresca, esperando nuevos vientos y la lluvia que en un rato asomará, quien sabe como tormenta o simplemente como una bendición en esta larga sequía tres el seco verano...
Toni Oliver
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