Apareció la nube
Apareció la nube
cargada de furia y rabia
descargó con fiereza
con descaro, sin gracia.
No se pierde nada
humedeció la tierra
que la hacía falta
con ese perfume a tierra mojada.
De mi balcón, las macetas
sedientas, faltas de agua
absorbieron con ganas
todas las gotas a que alcanzan.
Estaban pochas, tristes
ahora saltan y bailan
la alegría irradian
ellas, cada vez más guapas.
Ya se olvida el trueno
el temblor de la tierra
hasta el de las casas
incluso la lluvia desmesurada.
Ese olor a tierra mojada
aviva la esperanza
a los pies del verano
donde escasea el agua.
Mañana lucirá el sol
quizás pasado
poco importa
ahora está mojado.
En nada se encenderán las calderas
esas del cielo incandescentes
donde el sol achicharra hasta las sombras
y el fresco en su ausencia se halla...
Toni Oliver
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