El sermón
Va subiendo el padre poco a poco, despacio, sin prisas, hacia la tarima, para el sermón semanal de esta misa de domingo. Al llegar arriba:
Estimados hermanos, hermanas, feligreses, quiero agradecerles que hayan dejado de poner monedas en la bandeja, hacían mucho ruido, los billetes son más silenciosos y me agradan más. ¡Perdón Señor, en que estaría pensando! Le agradan más al Señor y así se puede mantener la Parroquia con los vicios de los que la llevamos. ¡Perdón Señor de nuevo! No sé en que estaría pensando, para mantener los gastos que conlleva, quería decir.
Unos segundos de silencio, mientras mira hacia abajo, arriba y a los lados.
También quiero agradecerles el que sean tan buenos feligreses y vengan los domingos a misa, otros vienen todos los días, con su respectivo aporte, en billetes, como es normal. También agradeceros el que os confeséis para que se os perdonen los pecados, eso es muy bueno para el alma. Pero también...
Otros segundos de silencio, pensativo.
Ha llegado a mis oídos, que una vez confesados, al cruzar la puerta de la iglesia volvéis a pecar.
Por ejemplo, Pepe y su señora María, de la tienda de la esquina, me han dicho que tiene trucada la balanza y pesa de menos, por lo que os roba unos gramos en cada compra. Pepe, María, no seamos así, eso a Dios no le gusta, si le gustan tus aportaciones a la iglesia, pero Dios dice “no robarás”.
La señora Hermenegilda critica a una pareja de homosexuales, va diciendo mil maldades de ellos. Sr. Hermenegilda, no sea así, Dios dice “amaros los unos a los otros”, no dice que tenga que ser hombre a mujer exclusivamente, mientras dos personas se amen Él está contento.
Casimiro, el de la inmobiliaria dicen que se dedica a estafar a los que le quieren comprar los pisos, casas, o fincas, diciendo que vale más de lo que le piden los propietarios y así quedarse, aparte de la comisión, con la diferencia. Por cierto Juan, dicen que pones muy poco en la bandeja de la iglesia.
A Juan el de la tienda, que después de confesarse sube los precios de todos sus productos. No seas usurero Juan, eso está mal, De acuerdo que a mi no me cobras, pero tampoco hay que engañar a la gente de esa forma.
Bueno, por hoy ya hay bastante. Un momento, se me olvidaba. También llega a mis oídos que a algunos niños los llamáis hijos del cura. Recordad, todos me llamáis Padre.
¡Alabado sea el Señor!
Después de la misa os confieso a todos.
Toni Oliver
No hay comentarios:
Publicar un comentario