Llovía a cántaros
llovía a cántaros
podría haberme refugiado
en el portal de al lado
pero ya me había mojado
hasta la médula de los huesos.
Me miraban raro
porque andaba bajo la lluvia mojado
incluso, más extraño, iba cantando
sobre mi piel, de cada gota, su frescor
sobre mi piel, un masaje, como dedos.
Un paraguas me ofrecieron
agradecido, lo iba rehusando
quería sentir como el agua iba cayendo
su perfume a mojado
oro para mis pulmones que iba respirando.
Apareció el relámpago
acompañado de su hijo el trueno
se iluminó todo el cielo
mientras las luces estaban parpadeando
algunas, incluso, se iban apagando.
Mis labios sonriendo
mientras la lluvia se iba deslizando
masajeando mi rostro
ante mis ojos entrecerrados
más quería, pero ya se paró.
Toni Oliver
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