Se iluminó el camino
Se iluminó el camino
tras las penumbras del alba
atrás la noche estrellada
y la oscuridad del alma.
Se volvió a la senda
verde, con sabor a rocío
húmeda la tierra
su perfume típico.
A medio día sonarán las chicharras
bajo el sol las gavillas de trigo
en las primeras luces trabajadas
golpe a golpe con la guadaña.
Con la hoz del suelo levantadas
en las manos llagas
la espalda curvada
la cabeza no se levanta.
Se escuchas los pasos
de esos mulos tirando del carro
la carga cada vez más pesada
el sol y el sudor caen sin compasión.
Lejos la tarde para la retirada
cada vez más lentos los pasos
cuerpos agotados
hambrientos de pan y descanso.
Ya la noche entrada
plato de comida bajo la parra
ausente la luna
el carburo ilumina
con su llama azulada.
Toni Oliver
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