Mil dragones
Mil dragones
colmillos incandescentes
aliento en llamas
peleando dentro de tus entrañas
el si, el no, para, quiero más...
¡Salid malditos dragones!
Dejar mis entrañas, mi mente
mi retorcido cuerpo, mi aliento
todo arde más que en el infierno
llamas y humo de mis pensamientos.
Rostro de dolor, el del alma
apresado por las ramas de la hiedra
envolviendo cuerpo y mente
en esas irrompibles cadenas
imposible cual quier movimiento.
Susurro de unas palabras
unos dedos que acarician el alma
la piel se eriza, los ojos hablan
buscan los labios ese beso que los acallan
una sonrisa con otra complementada...
Se duermen los dragones
las llamas se apagan
queda el apacible calor en las entrañas
sin abrir los ojos llega la calma
la batalla se acaba.
Se regeneran las fuerzas
perdidas blandiendo la espada
la luvia cae con fuerza
los leños en la hoguera
su fuego, unos besos
una caricia, el cielo
unos brazos, un pecho
la acogida de tu universo.
Toni Oliver
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